lunes, 27 de septiembre de 2010

En Budapest: en Facebook y en Twitter

Hace tiempo que comenzó este blog con la idea de que puedan concocer un poco más acerca de la ciudad a partir de pequeños fragmentos. Como dice su nombre: "Una guía turística alternativa para armar". Poco a poco, la guía empezó a trascender las fronteras de esta página, para compartir contenido en las redes sociales.

1) En la página de Facebook esta semana ya somos más de 400 personas! Es el sitio ideal para contactarse con húngaros, extranjeros en Budapest o personas que están planeando su viaje a Hungría. La página es en español y en inglés. Los invito a sumarse. Además hay fotos. Pequeños guiños cotidianos.

Zona para besarse. Danubio/Pest



El gato "superpoderoso"



Máquina expendedora de carnadas las 24 horas



Elija su matrioshka preferida en el Mercado Central


También hay lugar para videos, con especial inclinación por aquellas joyitas retro que nos muestran una Budapest de antaño. Dos de mis preferidos: Que hablan tanto de los modernos flashmob? Eso de bailar en el medio de la ciudad, ya se hizo en 1962! O, este genial documental de Balaton retro (el gran lago de Hungría).

2) La otra pata online es en Twitter (con el usuario @enbudapest). También hay fotos, videos, sumado a actividades y eventos de la ciudad. Por cuestiones de público y conversaciones, la mayoría de la información está en inglés.

Bueno, ya están avisados y más que invitados a sumarse! Repito las coordenadas

Facebook: http://www.facebook.com/enbudapest
Twitter: http://twitter.com/enbudapest
Y proximamente YouTube. Paciencia que tengo que editar los videos! ;)

sábado, 18 de septiembre de 2010

¿En dónde viven los húngaros?

Hol élsz tel? (¿Dónde crees que vives?), esa es la pregunta que actúa como disparador de la exhibición organizada por la revista húngara ARC. Es el resultado de un concurso en que diversos artistas buscan responder a este interrogante diseñando un cartel para la vía pública. Hasta el 22 de septiembre se pueden ver a las obras premiadas en el Parque de la Ciudad (Varosliget). Una buena idea para conocer un poco más a los húngaros. Para los que están lejos, acá les dejo algunos ejemplos.

"Me gusta"


Parece que los húngaros viven mucho en Facebook
...


"Es el momento, vamos húngaros"



"My world music map". Para Argentina, eligió Federico Aubele. No lo conocía, pero voy a escucharlo.


En el aire


Una imagen tradicional de los fundadores del país (pero esta vez en el planeta Marte)


"Declaro mi amor / Me divierto / Me encuentro con mis amigos / Viajo / Practico deportes / Me separo"



"No importa quién eres, la leche es buena para ti". Esto no es sólo una instalación. En Hungría se ven muchos estas máquinas dispensadoras de leche. Hay que llevar una botella, poner una moneda, y listo.


"Esto no es un Parlamento"
. Me encantó. No deja de sorprenderme este imponente edificio que domina el Danubio.


Y un poco más, para ir terminando.


Y la última... ;)

jueves, 2 de septiembre de 2010

Comiendo en Hungría, por Pablo Neruda

"¿Conocés este libro?", me preguntó Paula, la bibliotecaria, en la segunda vez que me acerqué a la Biblioteca del Instituto Cervantes de Budapest. Un espacio llamado Ernesto Sábato, y que me ofrece a pasos de mi casa miles de ejemplares de autores españoles y latinoamericanos, sumado a música y películas. "Comiendo en Hungría, de Pablo Neruda y Miguel Angel Asturias", leo en una cubierta anaranjada, de esos libros grandes de tapa dura. ¿Pablo Neruda escribió un libro sobre comida húngara?. Claro, sin duda lo sumé a los otros dos que pensaba llevarme de la biblioteca, y fue el primero en que empecé a leer. Y mientras lo ponía en mi la canasta de la bicicleta, pensaba en que gracias a Paula (y sin buscarlo), ya estaba el próximo post de En Budapest.
Para colmo, cuando abro la primera página me encuentro con la firma de Teresa, una adorable española que vive hace muchísimos años en Budapest y que escribe interesantes notas en el sitio el Quincenal de Hungría, recordando, por ejemplo cómo eran las peluquerías de la época comunista o la comida de antaño. Entonces, gracias también a Teresa por donar este ejemplar que ya es muy dificil de conseguir!
Simplificando, resulta que Neruda y Asturias viajaron a Budapest en 1965, comieron como locos fascinados por nuevas combinaciones de sabores, y entre copas se preguntaron: "Y porqué no escribimos un libro sobre esto"?". Bueno, algo más o menos así dio como resultado páginas con historias, reseñas de restaurantes, recetas y hasta poesías a la paprika o al vino Tokaj ("el vino de los reyes"), junto a lindas ilustraciones. Un libro sencillo, sin grandes pretensiones de revolucionar la literatura, pero ideal para aquellos que quieran conocer un poco más de la cultura gastronómica magyar. Con un orden caprichoso que lo hace más interesante, hasta terminar en un "Léxico Abreviado de las comidas, bebidas, tabernas y restaurantes de Hungría". De repente, el famoso poeta chileno y el escritor guatemalteco se convierten en guías para descifrar un poco más de la gastronomía local.

Pero no es sólo comida, por momentos se transforma en un diario de viaje con recorridos como un domingo a la mañana en el Museo de Bellas Artes, el parque de la Citadella, la Isla Margarita, las calles de Óbuda, y hasta los festejos del 20 de agosto con fuegos artificiales sobre el Parlamento. El viaje también incluye otras ciudades como Kecskemét, o Tihany.
Incontables son los platos y vinos húngaros que probaron Neruda y Asturias, quizás inspirados por su "Alegato del buen comer": "De las cocinas huyeron las horas amorosas de la preparación de platos y pasteles, y la tristeza disfrazada de preocupación por la gordura, la línea, el pecado y el costo y el tener que estar a horario, acabó con lo que antes era grato y placentero, sentarse a comer. Ahora no se come. Se toma de los platos con aire de no quiero, determinada cantidad de alimentos que contienen no más calorías de las necesarias. ¡Cuidado con pasarse o propasarse! ¡Cuidado!". Sorprende que un texto escrito hace cuatro décadas refleje tanto uno de los problemas moderno, no?
El epílogo del libro completa la idea, de volver a la abundancia y el disfrute de los alimentos. "Vamos de camino y comemos donde la mesa es buena y hay amigos. Eso nos ocurrió en Hungría. Buena mesa y muchísimos amigos. Si se trata de llenar el estómago, comer es vulgar, y si es por alimentarse, comer es instintivo. Por eso la mesa que tuvo para nosotros Hungría fue campo de fiesta y los que nos acompañaron, celebrantes de un ritual tan antiguo como el hombre mismo y tan actual como la vida cuando se mantienen las formas del convivio, el gusto por la compañía, las viandas, los vinos, la charla, el humo del tabaco y aquella inconfensable sensación de sobremesa, cuando nos embarga la emoción de estar compenetrados de substancias que fueron combinadas para nuestro deleite en proporciones de arte y sabiduría".
Y completan más adelante: "Fue una fiesta. Cada comida fue una pequeña fiesta. Comida y hospitalidad en Hungría van de la mano. El pueblo húngaro es apresuradamente hospitalario, entre otras cosas, porque le gusta la buena mesa y sentar amigos alrededor de los manteles. Y en cuanto a su cocina es incitante, apetitosa, dueña de sabores capitosos únicos, en lo propio y en lo ajeno, ya que muchos platos de la cocina extranjera preparados a la manera húngara poseen la magia del condimento".

Y todo para llegar a un epílogo al que ellos mismos definen como una "retrospectiva de sabores, teñidos en su mayor parte por el rojo-rosa de la paprika. "La escala es infinita. El paladar es imperfecto para medir de los sabores intensos a los ténues (...) La manteca reina. El polvo de amapolas riega de pecas las espumas batidas de los turrones que cubren los pasteles. El perejil y la mejorana encienden sus olores. Ajos, cebollas, tomates, pepinos, pepinillos, especias, todas las especias. Hay que echar de la mesa al diablo del aburrimiento. El tedio en el comer diario es la antesala del desamor en los hogares. Y en Hungría el ama de casa siempre va más allá de lo conocido". Todo para concluir: "La cocina húngara es siempre un experimento, un ensayo, una aventura gloriosa".


"Cuando se cruza el río hay un minuto central inmóvil, tierra de nadie, en que tu cuerpo no está en Buda ni en Pest, en que tu alma pertenece al Danubio, a su plena corriente que se desliza por la historia". Comiendo en Hungría, Editorial Lumen, Barcelona, 1969.