sábado, 11 de junio de 2011

Sárvár, un spa con sauna nudista

La idea original de este post era contarles un poco sobre el spa Sárvár. Bueno, lo voy a hacer, pero admito que hay un detalle que pasó a primer plano. Este enorme complejo de wellness – ubicado a unos 200 kilómetros de Budapest- además de piscinas, aguas termales y geniales espacios para los niños tiene un sauna nudista.

“Without swimsuit”, dice la pulserita de papel que habilita la entrada. El sauna nudista acá funciona como un extra y por su particularidad “al natural” está prohibido para menores de 12 años. Entonces, una vez de pagar la entrada (consejo, después de las 4 todo está a mitad de precio, por lo cual si van más temprano les conviene pagar el ticket del sauna después de esta hora), y pasar por el molinete uno se hace acreedor de una sábana blanca.
La idea de esta sábana es cubrirse. Todo suena muy bonito en la práctica, pero después de empezar la recorrida, y de ducharse o pasar por el jacuzzi, la sabanita empieza a mojarse y resulta un poco más incómoda (y reveladora) que al principio. El otro tema es que, a pesar de que es obligatorio cubrirse en las zonas de descanso, parece que muchos hombres encuentran estos pocos metros cuadrados los más liberadores de su existencia. O no se muy bien cuál será la razón, pero por algún motivo que desconozco pasan del nudismo al exhibicionismo.
Y ahí la cosa se complica un poco. Y uno empieza a pensar que tanto mejor es vivir en la ignorancia. Que hay cosas que preferiría no conocer. Pero bueno, los señores parece que están muy orgullosos de cómo Dios los trajo al mundo y quieren compartirlo con todos y todas. Asi que ahí anduve, tratando de llegar a un estado de instrospección que me permita aislarme del entorno. Y esquivando algunos espacios. Tampoco es muy simpática la idea de compartir un jacuzzi entre 4 desconocidos desnudos.

Aclaración: la foto de arriba es meramente ilustrativa y puede no corresponder con la realidad :)

Pero la experiencia extraña no se termina ahí. Mientras una anda ahí, debatiéndose entre intentar taparse con la sabanita o lanzarse a la aventura, encontramos a un señor con una de las profesiones más extravagantes que conocí en mi vida. Vamos a llamarlo, por decirle de alguna manera, “Sauna Master”. Este señor nos invita a pasar a uno de los saunas, y después de tirar agua con un olor super rico, sin más preámbulos agarra una toalla y la empieza a sacudir frente a nuestras narices. Así el aire se va humedeciendo, el calor aumenta segundo a segundo y el Master sigue revoleando la toalla con fuerza e intensidad. Interesante. Distinto, podemos decir.

Bueno, pero la verdad es que el sauna es sólo una parte de Sárvár. Es un lugar super recomendable para ir con los chicos, con unos coloridos juegos de agua de última generación, incluido geniales toboganes de agua (también para adultos, claro). Ustedes deciden, si se quedan en la zona común o se animan a dejar atrás el traje de baño. Elige tu propia aventura :)

Fotos: Sárvár en Facebook.